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ETAPA ANAL

ETAPA ANAL. Psicología del Desarrollo I USAL – Sede Pilar Prof. Lic. Leandro M. Sánchez. FASE ANAL PRIMARIA. Freud la caracteriza según sus metas: PERDER ANIQUILAR tercera meta de esta fase se expresa en el placer por EXTRAER (Maldavsky, 1986) .

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ETAPA ANAL

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  1. ETAPA ANAL Psicología del Desarrollo I USAL – Sede Pilar Prof. Lic. Leandro M. Sánchez

  2. FASE ANAL PRIMARIA Freud la caracteriza según sus metas: • PERDER • ANIQUILAR • tercera meta de esta fase se expresa en el placer por EXTRAER (Maldavsky, 1986)

  3. Las características de este erotismo se vinculan con las de las fuentes pulsionales correspondientes: • LA AMPOLLA RECTAL • LA MUSCULATURA VOLUNTARIA

  4. El surgimiento de la pulsión anal implica una nueva exigencia de trabajo para la mente vinculada con la imbricación de dos placeres diferentes: • uno, ACTIVO, SÁDICO, asociado al uso de la musculatura, sobre todo de brazos y piernas • un placer PASIVO en relación con la erogeneidad de la mucosa anal

  5. Las relaciones entre ambos suponen una nueva manera de transformar cantidad en cualidad, en el esfuerzo por trasponer magnitudes erógenas en sensoriales. • Este esfuerzo encuentra un yo con mayores posibilidades derivadas de la eficacia de la motricidad.

  6. El cambio ocurrido en esta fase no proviene tanto del placer desarrollado en la ampolla rectal, presente ya con anterioridad, sino de la posibilidad de transponerlo en actividad muscular.

  7. Freud describe el modo en que el uso de la musculatura permite procesar el trauma transponiéndolo en agresividad. • El trauma que se intenta elaborar en este momento tiene dos orígenes.

  8. El primero corresponde a los desarrollos de afecto padecidos en la fase anterior, cuando el niño que anhelaba la presencia materna sufría su ausencia. La frustración pulsional, fuente de desesperación, es traspuesta en actividad vindicatoria por una transformación pasivo-activa del trauma. • Ilustra este tipo de transformación a través del juego del carretel. (Freud)

  9. El otro trauma al que se refiere Freud, no deriva de una vivencia dolorosa sino de una voluptuosidad en mucosa imposible de tramitar.

  10. La musculatura de la que hablamos se constituye en punto de encuentro entre la erogeneidad anal y su tramitación psíquica.

  11. En el goce anal en mucosa, es el excremento el que tiene un papel activo. • En el acto evacuatorio la emergencia de las heces provoca un orgasmo, cuyo goce resulta contradictorio con el esfuerzo por retener la sustancia estimulante en el intento de conservar infinitamente la voluptuosidad.

  12. El yo queda en posición pasiva frente al avasallamiento esfinteriano producido por el excremento. • El estado de humillación resultante es respondido por un estallido de furia que se expresa en el placer por agredir.

  13. El orgasmo anal acompañado del estallido expulsivo se articula entonces, con el uso violento de la musculatura, con una meta destructiva y también extractiva, que pretende forzar el esfínter

  14. La transformación de pasividad en actividad con un fin expulsivo y destructivo requiere de una referencia a la lógica en juego. • El término actividad supone cierta diferencia en cuanto a la simultaneidad tal como la describimos anteriormente, cuando nos referimos a la representación del objeto unificado sobre la base de un estado afectivo.

  15. En un momento posterior, el yo recorre el objeto a través de la mirada o el contacto de los dedos, con lo cual una acción, visual o táctil genera el espacio y el tiempo.

  16. Es posible sintetizar en el término contigüidad la imbricación entre simultaneidad y actividad. • Según esta lógica designamos la relación entre estimulación pasiva y respuesta motriz, o entre acto e imagen visual, en un continuum, que se instala simultáneamente con la acción

  17. La disposición a la acción expulsiva y destructiva, acompañada de cólera surgió ya en la fase oral secundaria, cuando lo desagradable era escupido. • Pero este acto expulsivo no anulaba el displacer vivenciado en la incorporación • Por otra parte, tampoco era posible registrar visualmente la conducta expulsiva.

  18. A modo de ilustración podemos establecer la siguiente secuencia: 1) escupir 2) cerrar la boca 3) dar vuelta la cara 4) arrojar el objeto • Esta última acción es que al inscribirse como eficaz permite organizar el modo de funcionamiento del psiquísmo.

  19. En este proceso adquiere eficacia la visión, como ocurre en el juego del carretel cuando el niño intenta arrojar el mismo fuera de su mirada. En este momento, ver o no ver un objeto es concebido como consecuencia de un acto.

  20. En el enlace de vista y motricidad, la acción de la mano guiada por los ojos, proporciona una ilusión de dominio del mundo

  21. Si ocurriera este mismo enlace entre ver y actividad esfinteriana, el yo podría hacerse dueño de su motricidad anal y del momento de la defecación Por el contrario, el fracaso en el intento de ligar mediante la visión impone el doblegamiento ante la erogeneidad anal primaria.

  22. Cuando el ver deriva de una transformación del placer por aniquilar, la actividad visual tiene un valor extractivo aniquilante. • Es pertinente al respecto considerar la descripción que hace Freud de la envidia, afecto con el cual aparece asociada la mirada, promoviendo un efecto destructivo.

  23. Además de la musculatura y la visión, existen otras formas de cualificar las magnitudes erógenas anales en estímulos sensoriales, tales como apelar a lo táctil, a lo térmico o a lo mecánico. • Todas estas formas implican una identificación con el excremento y una proyección de la mucosa excitada en el estímulo perceptivo.

  24. Características de la identificación primaria. La omnipotencia cinética • En este momento representacional el cuerpo del niño se unifica no sólo en términos de estados afectivos sino de musculatura voluntaria. • Esta unificación, permite enlazar los estados afectivos a partir de una lógica diferente a la anterior.

  25. La misma desplaza a la percepción como causa del estado afectivo provocado por la presencia o ausencia de la madre. Se logra ahora un discernimiento: • que la desesperación no sobreviene porque la madre ha desaparecido • sino porque se alejó motrizmente.

  26. La forma de vínculo continúa siendo la identificación primaria con una madre, en este caso, modelo cinético. Se estructura así un espacio intersubjetivo en el cual las distancias pueden ser salvadas y que incluye sólo dos polos: el del niño y el de su madre. • Las extremidades del cuerpo pasan a ocupar el lugar de ayudantes al servicio de los acercamientos y alejamientos.

  27. Se produce la inversión del esquema correspondiente al momento en que el niño padecía los desplazamientos de la madre, que fueran para él causa de su ser o no ser • Ahora es su propia motricidad la concebida como aniquilante o salvadora de la existencia ajena.

  28. El niño concibe su cuerpo como realizador de los ideales atribuidos al modelo, con el cual se mantiene un vínculo de ser. • La madre es modelo cinético, dado que resulta garante de los movimientos del hijo, al totalizar como unidad los actos del mismo

  29. Desarrollos de afecto • El momento de la unificación cinética del yo de placer, que describimos en el plano de las representaciones, en torno a la lógica de la contigüidad, está vinculado, desde el punto de vista libidinal, a dos placeres que se articulan: el de la estimulación en la ampolla rectal y el placer por el uso de la motricidad de las extremidades y el tronco.

  30. En relación con los desarrollos de afecto, correspondientes a esta fase, señalaremos en primer término que la articulación entre dolor y angustia que daba como efecto la desesperación queda ahora superada. • Cuando el objeto se aleja, surge sólo angustia, sin acompañamiento de dolor. Al mismo tiempo aparece un deseo hostil

  31. Toda vez que el recurso a la motricidad fracasa en su intento aniquilante, surge otro desarrollo de afecto de la gama de la cólera: la humillación. • También aparece humillación cuando el yo queda derrotado en su esfuerzo por retener las heces.

  32. El éxito en el uso de la motricidad con un fin expulsivo y destructivo determina un estado de júbilo en el yo. • La vergüenza aparece cuando fracasa el deseo de que alguien idealizado pero hostil desaparezca de la vista.

  33. La observación de niños pequeños permite advertir el surgimiento de la vergüenza cuando ante la presencia de extraños esconden el rostro en el cuerpo de alguno de sus padres, en un intento de defenderse del trauma a través de una acción motriz.

  34. FASE ANAL SECUNDARIAUNIFICACION EN TORNO A LA PALABRA • En esta fase surge de nuevas metas pulsionales: • Guardar • Retener • Cuidar También • Poseer • Dominar • Controlar

  35. Estas metas se logran a través del uso de la musculatura, tanto la del esfínter anal como la del resto del cuerpo, con un fin diferente al del momento anterior.

  36. El cambio pulsional obedece a un proceso de complejización yoica, que determina la creciente eficacia del preconciente verbal. El niño puede proferir ahora los sonidos que nominan las distintas partes del cuerpo; esta nueva posibilidad produce un cambio importante con respecto a lo que acontecía en fases previa.

  37. La nueva capacidad está dada por el control de la musculatura del esfínter anal que permite la representación de un cuerpo cerrado, en el que ya no hay un agujero por donde algo sale sin poder evitado. • El dominio de la musculatura se articula con la inscripción de la capacidad de regulación del esfínter y con la posibilidad de nominar.

  38. La unificación mediante la palabra se enlaza con la unificación visual y motriz. El niño sustituye el anhelo de ver el acto defecatorio que lo conducía a una permanente frustración, por la nominación del mismo. Sólo de esta manera supera la humillación producida por su fracaso de control de las heces; el nuevo logro le permite crear una ilusión de omnipotencia nominativa

  39. Dado que la organización visual de la representación cuerpo es incompleta, el tacto cobra relevancia informando acerca de aquello que no tiene otro registro perceptual. • Vista y tacto cobran un carácter complementario y contradictorio a la vez. • La unificación de la representación cuerpo da la posibilidad de sintetizar actividad y pasividad bajo la forma de un verbo reflexivo: contenerse o dominarse.

  40. En las fases anteriores, una de las dos sensaciones era atribuida al otro y el vínculo táctil estaba asociado con el goce; en este momento, en cambio, el "tocarse" está conectado con el placer y el dominio. • Esto implica una representación cuerpo diferente, en la que el cuerpo propio pasa a ser objeto de percepción y no sólo de sensaciones internas. • El "tocarse" adquiere el valor de una actividad autoerótica, en la cual sujeto y objeto coinciden en el plano de las representaciones.

  41. La unificación del cuerpo implica que la actividad y la pasividad se articulan también, de modo tal que el niño puede reconocer una relación causa efecto respecto de sus propias conductas: las consecuencias de sus actos recaen sobre sí. • De esta novedad psíquica se deriva un rudimento del sentimiento de culpa, la mala conciencia, precursora del superyó.

  42. Con la representación del cuerpo como cerrado y la doble sensación táctil surge un rudimento de geometría topológica que permite organizar la espacialidad en términos visuales. • Tiene su origen en una conquista yoica: la articulación entre el tacto y la motricidad con un ordenamiento visual.

  43. Aquello surgido del propio cuerpo (las heces) que dotó de significación al espacio exterior, puede ser transcripto en parámetros visuales cuando se articula con palabras. El efecto que esta novedad produce es que el cuerpo queda unificado ahora a través de una nueva lógica: LA ANALOGÍA.

  44. Freud sostiene que el yo pretende reducir las percepciones del otro a las del propio cuerpo o a su recuerdo, para lo cual separa lo percibido en dos tipos de información provenientes del cuerpo propio; por un lado los estados afectivos, y por otro la motricidad. • Este tipo de pensamiento o juicio es coincidente con la identificación primaria.

  45. El yo percibe al otro únicamente a través de la información de sí. • La nominación permite que de la identificación se sustraiga un resto, un núcleo del prójimo comparable al núcleo del yo pero irreductible a él. Ambos núcleos son constantes y permiten la diferenciación; los predicados en cambio son variables y posibilitan la identificación.

  46. Las teorías sexuales infantiles • Del pensar inconciente, sin embargo, se alcanza una expresión en la conciencia, el correspondiente a las teorías sexuales infantiles. (Freud). • Pretenden dar respuesta al interrogante acerca del origen, como una forma de dominio del trauma vislumbrado ante el discernimiento del complejo del semejante. • La inscripción por analogía produjo un efecto, la constitución del objeto como resto que recibe una investidura hostil derivada del fracaso de la tentativa expulsiva y destructiva del momento lógico anterior. A través del enlace causal se pretende dominar, gracias a un saber acerca del origen, un peligro: la herida narcisista que representaría el nacimiento de hermanos.

  47. Lo visto y looído se articulan aunque con una jerarquización de lo visto, de las vivencias personales.

  48. Las teorías sexuales infantiles tienden a explicar lo que no se ve y de lo cual se tiene indicios por sus efectos, también registrados por la vista: para el varón, el nacimiento de un rival; en la niña, además de ello, la falta de pene. • En ambos casos se trata de preservarse de una herida narcisista, con una ilusión de objetividad en la cual se pretende dominar la realidad exterior del mismo modo que se cree poder dominar el propio cuerpo.

  49. La superación de la oposición entre actividad y pasividad con respecto a sí mismo es sucedida por una nueva oposición, esta vez con respecto a un otro. • El otro pasa a ocupar alguna de las posiciones que antes coincidían en el yo, sujeto-activo u objeto-pasivo. • Esta apreciación expresa una primera manera de entender las diferencias de sexo. Dichas diferencias son categorizadas desde la lógica de este momento: la ausencia o presencia de pene es entendida como existencia o no de un tapón, de un cierre.

  50. Desarrollos de afecto • La lógica analógica que permite el discernimiento del complejo del prójimo implica la aparición de un nuevo lugar psíquico, el de rival fraterno hacia el cual se dirige una investidura hostil cuya meta es el dominio. • Las investiduras de objeto, al principio hostiles y luego amorosas, son correlativas de deseos, lo cual permite que ciertos afectos con ellos asociados se mantengan en amago.

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