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El paisaje natural en la pintura. NM1 (1° medio) Artes Visuales El entorno natural en las obras de arte. “Parque Forestal”. Obra de In és Puyó. ÍNDICE. Hombre y pintura Pintura y época Género del paisaje El paisaje como complemento en la pintura gótica Avances del paisaje en la pintura
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El paisaje natural en la pintura NM1 (1° medio) Artes Visuales El entorno natural en las obras de arte
“Parque Forestal”. Obra de Inés Puyó ÍNDICE • Hombre y pintura • Pintura y época • Género del paisaje • El paisaje como complemento en la pintura gótica • Avances del paisaje en la pintura • Durero y el paisaje • El padre del nuevo género • Auge del paisaje en el Barroco • Pintura al aire libre • Corot, innovación y realismo en el paisaje • Paul Cèzanne • Cèzanne y la geometrización del paisaje • Vincent Van Gogh y el paisaje de la angustia • Fuentes utilizadas para esta presentación
El arte rupestre de las antiguas poblaciones habitantes de lo que hoy es Chile, tiene un fuerte sentido ritual. A través de las representaciones de animales silvestres y domésticos en piedras y cuevas, estas culturas buscaban influir en la realidad para que la presencia de llamas, guanacos, vicuñas, etc., fuese abundante y no sufrir por la escasez de leche, carne y lana. Hombre y pintura El hombre ha representado su realidad, sus sueños, sus creencias y sus deseos por medio de la pintura desde hace más de veinte mil años. Un ejemplo de ello, son las pinturas rupestres de la cueva de Altamira, en España, y las del Norte Grande y Aisén, en Chile. Pintura rupestre con más de 15.000 años de antigüedad. Bisontes de la cueva de Altamira, España.
Fresco mural de la iglesia de S. Clemente de Taull (Lerida, España). Principios de S. XII Pintura y época Por otro lado, la clasificación de los temas en la pintura, da lugar a los géneros pictóricos entre los que se cuentan: • el religioso, • el mitológico, • el alegórico, • el bodegón, • el retrato y • el paisaje. Este último es el que abordaremos a continuación. Desde el arte rupestre hasta nuestro días, el desarrollo de la pintura como forma de expresión artística ha sido intenso. Para cada periodo artístico ha habido una o varias formas y técnicas de representación pictórica, siempre con más de un tema o motivo predilecto para cada cual. Por ejemplo, la pintura al fresco a fines de la Edad Media y el predominio del tema religioso.
Género del paisaje El género del paisaje se define como la representación pictórica, a través de la pintura, el grabado o el dibujo, de un espacio natural o urbano frecuentemente con figuras. Presente desde los tiempos helénicos, la función del paisaje tuvo durante muchos periodos solamente un valor secundario en la representación. Es el caso de la pintura gótica, donde la inclusión del paisaje venía a complementar o profundizar el motivo central de la obra, normalmente de carácter religioso. El enfoque del paisaje puede adoptar un tratamiento realista, como en el grabado de Haes, o bien un enfoque deformado, como en los trabajos de Van Gogh y Cèzanne que revisaremos más adelante. “Los Picos de Europa”, grabado del pintor belga Carlos de Haes, quien introduce la pintura realista al aire libre en España durante el S. XIX.
El paisaje como complemento en la pintura gótica La Magdalena del Noli me tangere, se despliega helicoidalmente con tal dosis de expansividad que apenas se consigue equilibrarla y fijarla sobre la superficie. Jesús y la Magdalena cruzan sus miradas llenas de arrebato y amor sobrenatural; ella, rubia, vestida de brocado amarillo, está postrada delante del joven jardinero, también algo infantil. En la rica gama cromática destaca el predominio de colores fríos, amarillos y azules sobre todo. El paisaje, que decora y complementa la escena, es de tonos irisados.
Avances del paisaje en la pintura En el periodo de transición del Gótico al Renacimiento existieron en Flandes (hoy Bélgica) un par de personajes claves en el avance del paisaje al interior de la obra, estos fueron los hermanos Van Eyck. En el Retablo del cordero místico, vemos que la percepción de la naturaleza de los hermanos Van Eyck supera ya a la tradición del Gótico y entra en una observación directa de la realidad. Realidad que ya empezaba a ser imitada en otro lugares de Europa. De tal manera que el paisaje comienza a librarse de ser solamente un telón de fondo de la escena sacra o mitológica y va emergiendo como una temática propia.
Durero y el paisaje Durante el Renacimiento, el tema del paisaje comienza poco a poco a ganar presencia en las pinturas. Se trataba de un paisaje obtenido de la propia observación de la realidad, tal como se puede comprobar en los apuntes de Alberto Durero. Este apunte se estudia frecuentemente en los libros de arte, como uno de los ejemplos de la excelencia de la copia de la naturaleza realizada por el artista de Nuremberg. Aunque claro, estos bocetos fueron hechos solamente como una herramienta de trabajo para futuros cuadros.
El padre del nuevo género El primer pintor que tuvo una dedicación especialmente sensible hacia el paisaje fue Joachim Patinir (Amberes, 1485-1522). Artista flamenco y coterráneo de Jan van Eyck, Patinir construyó composiciones basadas exclusivamente en la fuerza del paisaje, dotándolo de un protagonismo inédito hasta el momento, cualidades por las que es considerado el padre del nuevo género: el paisaje La huida de Egipto, (h.1522), óleo sobre tela del pintor flamenco Joachim Patinir. Las visiones de este pintor son grandiosas, artificiales, vistas desde un imaginario punto de elevación, reconstruidas mentalmente y no sobre apuntes del natural. Sus cuadros más reconocidos son La huida de Egipto y Paso de la laguna Estigia.
Auge del paisaje en el Barroco Los pintores flamencos y barrocos, como Pieter Brueghel, Paul Bril y Pieter Paul Rubens, continuaron con la incorporación del paisaje en sus obras ya no como un decorado donde la figura central fuese el hombre, las figuras sacras o las mitológicas, sino con composiciones en donde el paisaje toma un sitial de equivalencia expresiva y simbólica de la creación. Paisaje con ninfas y sátiros, del pintor holandés Paul Bril. En esta obra, por ejemplo, se aprecia el destacado papel que el pintor le otorga al paisaje, cargándolo de profundidad, fantasía y misterio. Sin embargo, las figuras fantásticas y mitológicas de ninfas y sátiros, que se ven empequeñecidas a la sombra del gran árbol donde se hallan reunidas, entregan el acento fantástico al paisaje.
Pintura al aire libre La pintura de paisajes se revolucionó gracias a la pasión que despierta en los artistas del siglo XIX el pintar al aire libre. Con esta nueva manera de plantearse frente a la tela, surge el movimiento pictórico del Impresionismo, el mismo que más tarde va a derivar en las manifestaciones de vanguardia del s. XX. “Claude Monet pintando” (1873), óleo sobre lienzo del pintor impresionista francés, Auguste Renoir. La pintura al aire libre educa para representar solamente “lo que está ahí”, delante del caballete. Se pintan paisajes, marinas o vistas fluviales. Las pinceladas obedecen a una técnica más suelta y ligera, con pinceladas vigorosas y cortas debido a la inmediatez que exige el aire libre.
Corot, innovación y realismo en el paisaje. Jean Baptista Corot (1786 - 1875), pintor romántico francés, quien desarrolló mediante técnicas innovadoras un estilo de sutiles contrastes tonales que se hizo muy popular. Sus cuadros de atmósfera poética, por su tratamiento de color, composición y pincelada, muestran cercanía con la pintura impresionista de la década de 1870. Paisaje de Mantes, (h.1830), óleo sobre tela de Camille Corot. Museo de Saint-Denis, Reims. En Italia, durante 1825, Corot descubre que el paisaje depende más de los valores de la luz que de las líneas, de lo que resulta su visión mesurada y equilibrada de los elementos del paisaje, disponiéndolos con llaneza, con orden sencillo, igual que la variedad de tonos que utiliza, y con su sensible captación de lo atmosférico. Corot ve directamente el paisaje, sin interferencias literarias, como una realidad que está frente a sus ojos y a la que se propuso retratar tal y como se le presentaba.
Paul Cèzanne Probablemente la popularidad de las innovadoras obras de Corot, dio paso al movimiento pictórico Impresionista, en cuyos inicios participaron artistas como Manet, Monet, Degas, Renoir y Cèzanne. Sin embargo, éste último pintor, considerado como el padre del arte moderno, pronto comenzó un camino estético personal con el que nació el estilo neo o post-impresionista. Álamos, (1879-82), óleo sobre lienzo de Paul Cezanne. Cèzanne (1839-1906) intentó conseguir una síntesis ideal de la representación naturalista, la expresión personal y el orden pictórico abstracto, es decir, una operación de simplificación y síntesis de la realdad a través de grandes cubos delimitados por anchas superficies. Entre todos los artistas de su tiempo, Cézanne tal vez sea el que ha ejercido una influencia más profunda en el arte del siglo XX.
Cèzanne y la geometrización del paisaje. Con esta obra, Cèzanne se sitúa a un paso del Cubismo al emplear un facetado que más tarde utilizarán Braque y Picasso. La Montaña apenas es perceptible, confundiéndose con el cielo que la rodea mientras que las construcciones de sus faldas se han convertido en un maremagnum de rápidas pinceladas de diferentes tonalidades con las que se pretende crear formas y volúmenes. La línea ha desaparecido para dejar paso al color, aplicándose la teoría cezanniana de que "la forma alcanza sólo su plenitud cuando el color posee mayor riqueza". (Fuente: www.artehistoria.com) “Montaña Sainte-Victoiré”, (1904-06), óleo sobre lienzo del pintor francés Paul Cezanne.
Vincent Van Gogh y el paisaje de la angustia Este uno de los trabajos más conocidos de Van Gogh. En primer plano contemplamos el punto de unión de los tres caminos que parten hacia diferentes direcciones; entre ellos, limitados con una línea verde que corresponde con las hierbas y la maleza, hallamos los campos de trigo en todo su esplendor, iluminados por la luz nocturna que tanto atrajo a Vincent. “Trigal con cuervos”, (1890), óleo sobre lienzo del pintor holandés, Vincent Van Gogh. Casi la mitad superior de la tela está ocupada por un cielo oscuro, excepto dos manchas arremolinadas que se aclaran ligeramente. Los cuervos revoletean por el trigal, obtenidos con trazos negros que acentúan su esquematismo. La factura rápida y empastada ocupa toda la superficie del lienzo, poniendo de manifiesto todo su más extremo sentimiento. Van Gogh admitió que quería expresar tristeza y una extremada soledad con este trabajo, debido a la dramática situación que atravesaba su hermano Theo y de la que él se sentía responsable. (Fuente: www.artehistoria.com). .
Fuentes utilizadas para esta presentación • http://cv.uoc.es/~991_04_005_01_web/fitxer/perc62.html • http://cv.uoc.es/~991_04_005_01_web/fitxer/perc88b.html • www.guiarte.com • www.artehistoria.com