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Investigaciones y avances • Rudolph Jaenisch, un investigador alemán del Instituto Whitehead de EE.UU. fue el primero en utilizar las iPS para curar una enfermedad genética, la anemia falciforme. Se extrajeron células madre de la piel de ratones enfermos y se las convirtió en iPS. Corrigieron el defecto genético y las introdujeron en la médula ósea de los ratones de los que las habían obtenido. Las células madre corregidas reprogramaron la médula de estos animales y curaron la enfermedad.
En 2008, se demostró que las iPS podían formar neuronas, algo que hasta entonces se creía imposible. • Los científicos empezaron a plantearse si se podrían utilizar estas células en humanos, puesto que los resultados habían sido tan buenos en ratas. • En ese mismo año, un grupo de científicos del Instituto de Células Madre de la Universidad de Harvard consiguió aislar iPS de pacientes con enfermedades genéticas, como la enfermedad de Gaucher, la distrofia muscular de Duchenne, la inmunodeficiencia combinada severa (los llamados "niños burbuja") e incluso Parkinson y esclerosis lateral amiotrófica (una enfermedad degenerativa que produce parálisis) y las diferenciaron en neuronas adultas.
Un año más tarde, se logró aislar iPS a partir de células de la piel de pacientes con diabetes tipo I. • En el 2009, la revista Cell publicó que es posible obtener iPS activando tan solo un gen, evitando todos los genes que podían causar tumores. Este gen, el Oct4, fue activado en unas células especiales del sistema nervioso, las células madre neuronales, y se obtuvo células madre pluripotenciales que se comportaban como embrionarias.