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Mayo del 68. Periódico estudiantil París, 2 de mayo de 1969. Hace un año las calles de París y sus alrededores fueron tomadas por los estudiantes. Reclamaron libertad y más derechos, pero ¿es real todo lo que hemos visto en las calles?
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Periódico estudiantil París, 2 de mayo de 1969. Hace un año las calles de París y sus alrededores fueron tomadas por los estudiantes. Reclamaron libertad y más derechos, pero ¿es real todo lo que hemos visto en las calles? El origen de este movimiento no tiene fecha fija, pero uno de los hechos más importantes que desencadenaron las manifestaciones y las ocupaciones fue el atentado que sucedió el 28 de abril en Berlín contra el líder estudiantil Rudi Dutschke. Los estudiantes no pensaron ni por un momento dejar pasar ese hecho y las durísimas manifestaciones en las calles acabaron en una batalla entre estudiantes de extrema derecha y extrema izquierda. Después de un asalto a Nanterre el 2 de mayo por parte de la extrema derecha estudiantil, la facultad fue cerrada oficialmente. Los partidos políticos de los lados no aprobaban el movimiento ya que no conseguían controlarlo y enfocarlo de una forma positiva para ellos. Los periódicos denunciaron a los movimientos estudiantiles como falsos revolucionarios, a los que era necesario frenar inmediatamente. . .
. En los siguientes días, la tensión fue a más, llegando a surgir las primeras barricadas en las calles, utilizando materiales de obra, automóviles volcados, bancos públicos y cualquier cosa que se podían encontrar durante sus manifestaciones. A pesar de todo, estas barricadas fueron un obstáculo frágil, que los bulldozers de la policía no tardaron en derribar. Se usaron armas como bombas lacrimógenas, pero nunca se llegaron a utilizar armas de fuego; un claro resultado de la educación basada en la democracia y en los derechos básicos. El 4 de mayo se procedió a cerrar la Sorbona, y los choques entre estudiantes y la policía crecieron en violencia, y se produjeron numerosas detenciones a causa de las armas de mano, que podían ser simples piedras o palos. Pero eso solo logró que los estudiantes tomaran cartas en el asunto para declarar una huelga general hasta la liberación de los detenidos. .
. En esos días de huelga y necesidad de una interacción entre los estudiantes y el Estado, el país se dio cuenta de que no eran simples manifestaciones de descontento, sino que se buscaba una revolución, un cambio de mentalidad que querían conseguir los movimientos estudiantiles; pero el problema que se encontró el país, y que sigue existiendo es la diferente forma de ver la revolución entre los estudiantes de derecha y de izquierda. Durante los días 7 y 8 de mayo, varias manifestaciones lograron una reapertura por etapas de La Sorbona, que pareció ser el principio de negociación entre los estudiantes y el estado, pero lo que ocurrió el día 10 entre el rector de la Sorbona y los líderes estudiantiles solo llevó a una de las más famosas noches de barricadas en las calles de París, que se llenaron de terribles violencias y combates. Los estudiantes no estaban conformes con cualquier respuesta por parte del Estado, querían soluciones inmediatas a las detenciones de sus compañeros. .
El 11 de mayo, el primer ministro, George Pompidou, tomó en sus manos los asuntos del Estado y procedió a reabrir totalmente la Sorbona, que los estudiantes ocuparon de una forma inmediata y totalmente organizada. En esos momentos se puede apreciar de donde viene el movimiento y el motor real de esta revolución que estábamos viviendo: los comunistas, los trotskistas, los anarquistas, los maoístas y los intelectuales del 22 de marzo. Unos más organizados y más disciplinados que otros, pero siempre persiguiendo el mismo objetivo, y uniéndose para conseguirlo. Pero no fueron los únicos que se unieron, también los obreros prestaron sus fuerzas a los estudiantes, formándose así una soldadura que desaprobaban totalmente los sindicatos comunistas, socialistas y cristianos. Todo esto desembocó en la manifestación más grande de este mes de mayo, que reúne a medio millón de personas, entre estudiantes y obreros. El espíritu unitario se podía respirar en el ambiente, la revolución era cada vez más visible, aunque con el mismo problema de siempre: los problemas del estado son planteadas de formas muy diferentes por todos los grupos participantes, y las ideas contrapuestas no parecen tener una solución única a la situación. .
El 14 de mayo, el general De Gaulle partió a Rumania, y François Mitterrand entró en escena para defender a los estudiantes reprochándole al primer ministro Pompidou el hecho de no haber hecho nada por el Estado, y pidiéndole la dimisión del Gobierno. Mientras tanto, la huelga de Nantes se extendió a través de la siderurgia, llegando a todas las industrias de Francia. El movimiento fue iniciado por obreros jóvenes, en señal de unión a sus compañeros estudiantes. Así, la industria francesa sufrió una interrupción total a causa de la taylorización del trabajo. El 16 de mayo, el movimiento huelguístico se concentró en París, en la más célebre fábrica de Renault, pero sin conseguir que los obreros abrieran en ningún momento las puertas. Se hizo evidente que los obreros confiaban más en sus dirigentes y también que los sindicatos no permitirían ninguna unión entre los estudiantes y los obreros. La comuna estudiantil, por su parte, seguía ocupando el teatro de Odeón y La Sorbona, reivindicando la libertad mediante eslóganes como: ¡Prohibido prohibir! .
El 18 de mayo, De Gaulle hizo su primer comentario: aprobaba la reforma, pero no en la manera en la que se quería conseguir. Daniel Cohn - Bendit, uno de los líderes más famosos e importantes del movimiento comunista y anarquista estudiantil, es expulsado de Francia, y el día 22 de mayo es organizada una manifestación que suscita graves choques que duran toda la noche. De Gaulle pronunció un discurso aparentemente apaciguador, llamando a la cordura y prometiendo las reformas, pero aún así no podía cambiar la situación que había en las calles, que iba a tres pasos por delante de sus promesas. ¡El poder está en las calles! se escuchaba en las manifestaciones y era una de las frases que mas razón tenía, el Gobierno había abandonado los acontecimientos a su destino. Aquella noche de 22 de mayo fue una noche de locura y caos, donde los estudiantes acabaron por incendiar las comisarías, y donde ningún consejo apaciguador tenía lugar. .
El 25 de mayo, Pompidou aceptó las negociaciones con los representantes de los obreros en huelga ilimitada. La huelga fue, en parte, favorable al Gobierno, ya que castigaba duramente a patronos y trabajadores, y dio lugar a que las negociaciones fueran rápidamente constructivas… Pero al estar los trabajadores tan perjudicados, las reformas no acabaron siendo nada revolucionarias, incluso fueron algo capitalistas. La negociación no consiguió reflejar el alarmante ambiente de las calles y las reformas no eran lo que se estaba pidiendo en todas y cada una de las manifestaciones, pero, de todas formas, el acuerdo fue cerrado el día 27 de mayo. Se convocó un importante mitin político del dirigente de la CGT que acababa de dimitir, Barjonet reprochó al sindicato que no aprovechasen el impulso revolucionario para derrocar al gaullismo. Mitterrand parecía que era el único hombre capaz de oponerse a la continuación de ese régimen. El día 29 por la mañana, De Gaulle desapareció sin asistir al Consejo de Ministros. ¡Adiós, De Gaulle! gritaban en las calles, pero el general solo pretendía observar cuáles eran los límites a los que podía llegar la situación de Francia. .
El día 30 de mayo se convocó una gigantesca manifestación por parte del lado gaullista, aún sin saber si De Gaulle volvería, en defensa de la República. De Gaulle regresó poco después, dirigiéndose al país: No me voy a retirar. Ahora se veía claro que no bastaba con manifestaciones y el desorden para que el Gobierno abdicara, y también se pudo apreciar que la verdadera unión de mayo fue la que se produjo entre la Francia centrista, capitalista y derechista. La vida normal volvía a Francia, los huelguistas disminuyeron poco a poco, aceptando las reformas propuestas por el Gobierno. Un mes después, el 30 de junio, las elecciones dejaron claras la opinión de los ciudadanos franceses: el partido gaullista junto con sus aliados consiguieron una mayoría aplastante. El espíritu revolucionario pareció desaparecer, la conformidad se respiraba en las calles de Francia. . Anna Metz