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MARCELINO CHAMPAGNAT

Marcelino Champagnat 1 1789-1818. . Las 19 l

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MARCELINO CHAMPAGNAT

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Presentation Transcript


    1. MARCELINO CHAMPAGNAT

    2. Marcelino Champagnat 1 1789-1818

    3. Las 19 láminas que vas a contemplar quieren presentar los 29 primeros años de la vida de San Marcelino Champagnat: su infancia y juventud, la vocación sacerdotal y los primeros frutos de su acción apostólica, en busca de una meta ansiada: poder ofrecer maestros y educadores religiosos a los niños y jóvenes de las poblaciones rurales “para que conozcan y amen a Jesucristo”...

    4. Marcelino vino a este mundo en Rosey (Francia), el 20 de mayo de 1789, cuando amanecía la gran revolución que trajo un nuevo orden social y dio comienzo a la era contemporánea. Marcelino es hombre de los nuevos tiempos y a ellos aportará su colaboración a través de la escuela y la educación que ofrecerá a la niñez y a la juventud de las zonas rurales de su país

    5. Nacido en un lugar de profunda fe cristiana, es bautizado de inmediato y recibe los nombres de Marcelino José Benito. El hijo de Juan Bta. Champagnat y de Mª Teresa Chirat se convierte así en “hijo de Dios”. Este será su principal título de gloria y por ello Marcelino celebrará toda su vida el aniversario de su bautismo –el día de la Ascensión- como una fiesta importante.

    6. El niño Marcelino crece sano y recibe el cariño y las lecciones de su madre y de una tía Religiosa refugiada en la casa. Ellas aseguran su formación afectiva y su crecimiento en la fe. En medio de una familia numerosa, la mamá no tiene descanso pero se siente feliz, pues ve crecer a sus hijos en la obediencia, la piedad y las buenas costumbres. Más tarde le ayudará en su vocación sacerdotal.

    7. El padre, hombre abierto a los cambios y al progreso social, está comprometido en el gobierno local establecido por la Revolución. Su ejemplo de apertura y equilibrio ayudan a formar el criterio humano de Marcelino. Los valores de igualdad y fraternidad calan muy hondamente en él y más tarde los transmitirá a sus comunidades de Hermanos. Del padre aprendió también el amor al trabajo y las habilidades manuales.

    8. En una familia numerosa, nadie puede estar ocioso. Por eso, Marcelino, desde temprana edad, ya colabora con los trabajos de la granja y debe, por ejemplo, preocuparse de los animales de la casa. Así entra en contacto con la naturaleza, la mejor escuela de paz y de libertad. Marcelino amará siempre mucho la tierra, los árboles, el trabajo manual y enseñará a los Hermanos a ser “útiles en todo”.

    9. Cuando llega el Domingo – día del Señor -, tras el alegre repique de las campanas de la iglesia parroquial, Marcelino y toda su familia recorren a pie los dos kilómetros que separan Rosey de Marlhes, para asistir a la Misa dominical. Allí canta y reza junto a los niños y vecinos del pueblo. Allí entra en contacto con el Párroco (Sr. Allirot). Y después de Misa, hace algo de vida social y de juego...

    10. Mas, para progresar, es necesario estudiar e ir a la escuela. Un día, Marcelino deja su hogar y sus praderas para venir a la escuela de Marlhes. Pero, tras la experiencia de un maestro que pega a uno de sus compañeros, el niño toma su primera resolución: “¡No vuelvo más a la escuela!” Sus padres le comprenden y no le fuerzan... Más tarde, ya Fundador prohibirá el castigo físico en las aulas de los Hermanos.

    11. Ya adolescente, Marcelino regresa a su trabajo y a sus corderos y, en la paz de la pradera, sueña y hace sus planes de futuro. El negocio le atrae; la libertad del campo le agrada. Al cumplir los 15 años es un muchacho robusto y sano pero iletrado y algo tímido. A veces piensa: “Ya he dejado de ser un niño, ¿qué voy a hacer en mi vida?” – Pero no ve otro horizonte que el del campo y el de formar una familia...

    12. En ese tiempo, el Señor le sale al encuentro. Una tarde, un cura llega a su casa y, tras captar su fondo sano, le señala: “Tienes que estudiar latín y ser sacerdote; Dios lo quiere”. Aunque su “sí” es tímido e inseguro, Marcelino opta pronto por seguir al Señor. El camino va a ser arduo y largo, pero no lo dejará, y su empeño será prepararse para esta vocación de servicio. En ese año (1804), murió su padre...

    13. Tras un año de preparación donde un cuñado suyo que es maestro en Saint-Sauveur, llega para Marcelino el día de la partida hacia el Seminario de Verrières. Es un día difícil: despedida de la mamá, de los suyos, de la aldea... Su hermano mayor (Bartolomé) le traslada con la “carreta” hasta la “diligencia” más cercana y allí se juntará con sus amigos Juan Luis y Dionisio Duplay, del pueblo vecino, que también van al Seminario...

    14. Verrières es un seminario menor que está en sus comienzos: la organización deja que desear. Marcelino está muy atrasado en sus estudios y, a pesar de sus 16 años y medio, entra al Curso de “principiantes”. Es hábil en el juego y buen amigo, pero parece que el reglamento y los estudios del seminario le cuestan bastante. Es un buen amigo , hasta para ir a la cantina del pueblo, a celebrar un cumpleaños... - Al final del curso, el Director del seminario le aconseja quedarse en su casa...

    15. De regreso al hogar, su madre le conversa y le acompaña a un santuario para pedir luz y fuerza. Marcelino ha aprendido la lección: recapacita, consigue reingresar al seminario y, poco a poco, irá mejorando su conducta y también aprobando todos los cursos. Pero ello le significará muchas horas extra de estudio, durante las noches, en su alcoba de encargado de dormitorio. – En 1810 muere su querida madre...

    16. Marcelino está ya en el Seminario Mayor de Lyon y, junto con un grupo de compañeros, planean el resurgir de la fe y de la religión en Francia. Sueñan con formar en la Iglesia la “Sociedad de María”. En este grupo, Marcelino insiste: “Necesitamos Hermanos que enseñen a los niños del campo”. Sus compañeros le encargan de esta tarea. (Marcelino quería ofrecer a otros hijos del campo lo que él no había tenido de niño).

    17. Tras once años de preparación –largo bregar por su crecimiento espiritual y por la adquisición del saber-, Marcelino es admitido a recibir el Sacramento de Orden Sacerdotal. Es el 22 de julio de 1816; Marcelino tiene 27 años cumplidos. Al día siguiente sube, con 11 compañeros, al Santuario de Fourvière para consagrarse a la Sma. Virgen María y poner su trabajo apostólico bajo su protección maternal...

    18. El otrora “labrador y pastor” vuelve a sus campos y a sus ovejas, ahora como “pastor de almas”, como vicario en una parroquia de los Montes Pilat, llamada Lavalá. Viene dispuesto a la entrega y, sobre todo, a atender a los niños y jóvenes. Al divisar el campanario de la iglesia, cae de rodillas, junto a la “Cruz de los muertos”, y reza por sus feligreses, encomendándolos a la Sma. Virgen María...

    19.

    20. El joven vicario parroquial ya no lo duda más. Ha hecho participes de sus proyectos a dos jóvenes del pueblo – Juan María Granjon y Juan Bautista Audras- y, el 2 de enero de 1817, les ofrece una humilde casa que acaba de arrendar, para que vivan ”en comunidad”. Es el inicio oficial de la Congregación de los “Hermanos de María” que nacían, como Jesús, en pequeñez y humildad, en el pueblo de Lavalá (Depart. del Loira).

    21. La primera comunidad marista es pobre. Estudian y se preparan, pero también cultivan un huerto y, durante el invierno, se dedican a fabricar clavos, como muchos campesinos de la zona, para ganarse el pan... En la primavera llegan nuevos compañeros: ya son 3, 4, 5 -y, un buen día, el P. Champagnat ya les confía la catequesis en los caseríos de la parroquia y les forma para dar clases a los niños.

    22. 1818: Los Hermanos se hacen cargo de la escuela de Marlhes, pueblo natal de Marcelino. A sus 29 años, el joven sacerdote se siente feliz pues acaba de lograr la meta ansiada: poder ofrecer sus Hermanos para que enseñen y eduquen cristianamente a los niños del campo. Pronto tomarán la escuela de Lavalá y la de Saint-Sauveur, y serán muy queridos y solicitados en toda la región del Pilat. El P. Champagnat visita las clases y se siente feliz porque ha logrado su meta: poder ofrecer maestros a los pueblos rurales...

    23. Fin de la Primera parte

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