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Antiguo Egipto

Antiguo Egipto. D.A.D 7° año Ciencias Sociales. INTRODUCCIÓN.

luciano
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Presentation Transcript


  1. Antiguo Egipto D.A.D 7° año Ciencias Sociales

  2. INTRODUCCIÓN

  3. La antigua civilización egipcia fue notable no solo por la riqueza, esplendor y sofisticación de su arquitectura funeraria, que refleja y atestigua el poder de sus faraones y la habilidad de sus ingenieros. También lo fue por su desarrollado sistema de gobierno; por la aplicación de sistemas de irrigación; por su escritura pictográfica; por sus estudios en los campos de la astronomía, las matemáticas y la medicina; por la creación de una cultura espiritual compleja, y en sus conceptos de vida ultraterrena. • El conocimiento que en la actualidad se tiene del antiguo Egipto se debe, en buena parte, a los grandes monumentos que aquella civilización legó. Una significativa faceta de la egiptología (que se define como el estudio de la civilización del antiguo Egipto) es la investigación de la valiosísima información proporcionada por los textos escritos en caracteres jeroglíficos que se han hallado en las paredes y muros de tumbas y templos, en obeliscos y columnas, y en tablillas de arcilla y papiros. La interpretación de esos jeroglíficos, que fue posible gracias al hallazgo, en 1799, de la piedra de Rosetta, ha permitido conocer progresivamente múltiples aspectos de la vida del antiguo Egipto. Otra fuente que resultó fundamental para la reconstrucción de su historia fue el Aegyptiaca de Manetón, un sacerdote tolemaico del siglo III a.C. que organizó una lista de reyes dividida en 30 dinastías.

  4. Pirámide de Saqqara • La piedra de Rosetta, 196 a.C. • En 1799 cerca de Rosetta, una ciudad egipcia, el Ejército francés encontró la piedra de Rosetta que fue la clave para descifrar la escritura jeroglífica del antiguo Egipto. Esta piedra de basalto negro fue grabada hacia el 196 a.C. con tres inscripciones de idéntico contenido en loor al rey Tolomeo V, pero con tres alfabetos diferentes: el jeroglífico, el demótico y el griego. Al comparar las tres versiones, los investigadores lograron desentrañar el significado de los jeroglíficos, y así sentaron las bases de la egiptología. British Museum, London/Bridgeman Art Library, London/New York

  5. Ubicación Geográfica • Desde el comienzo de su historia, la vida en Egipto estuvo profundamente vinculada a ese gran río. Y es que, sin el Nilo, Egipto sería un desierto que poco o nada favorecería la vida humana. Sin embargo, debido al río, y más concretamente a sus crecidas anuales, una estrecha franja, el valle del Nilo, se convirtió en un espacio especialmente fértil y en la cuna de una gran civilización. Los antiguos egipcios distinguieron perfectamente el árido Deshret (“tierra roja”) y el fértil Kemet (“tierra negra”, por el color de su suelo aluvial). Sentían el primero, el desierto, como una tierra extraña, a la que solo se aventuraban para la obtención de metales (como el oro), minerales y piedras preciosas. En cambio, consideraban el valle del Nilo su hogar; en él se sentían seguros y protegidos por una serie de de dioses que, propiciaban el predecible inicio de la crecida anual del río.

  6. El nivel que alcanzara la crecida del Nilo era fundamental: si era demasiado bajo, podía significar una mala cosecha y, como consecuencia, el hambre; si era demasiado alto, los depósitos aluviales que hacían fértil la tierra podían ser desplazados más allá de los suelos de cultivo y acabar en el desierto. La crecida del Nilo era tan importante que su inicio, en el actual mes de julio, señalaba el principio del año egipcio.

  7. Historia y Política del Antiguo Egipto • A partir de una fecha situada en los alrededores del años 3000 a.C. se unifica de modo definitivo Egipto desde el Delta hasta la primera catarata, reuniéndose en el monarca, el faraón, los poderes y símbolos del Bajo y Alto Egipto. El largo período dinástico, que alcanza hasta la conquista romana, está formado por una serie de dinastías. • Cabe distinguir tres grandes periodos en la historia del Egipto antiguo, que reciben el nombre del Imperio Antiguo, Medio y Nuevo.

  8. Período Tardío (712-332 aC.)

  9. Línea de Tiempo

  10. Reino o Imperio Antiguo • El comienzo el Imperio Antiguo quedó fijado durante mucho tiempo en el 3315 a.C. pero hoy esta fecha se ha rebajado y puede situarse entre el 2800 y el 3000, pudiendo extenderse dichas etapa hasta fecha próxima al 2300 a.C. • Durante la  tercera dinastía, iniciada por Djoser (hacia el 2750), la cultura egipcia alcanzó un nivel muy alto. Djoser trasladó la capital a Memphis, y fue el primer faraón que construyó como tumba una pirámide, la pirámide escalonada de Sakkara. Su arquitecto fue el famoso sabio Imhotep, creador del definitivo calendario egipcio. • Con la cuarta dinastía se llega al apogeo del Imperio Antiguo. Un esplendor que no solo se manifestaba en la arquitectura monumental, sino también en la escultura, la pintura, la navegación o la astronomía El faraón tenía carácter divino y era por tanto soberano absoluto. Tras él, el visir y los altos funcionarios constituían una verdadera aristocracia que en parte residía en los cuarenta y dos distritos o nomos que aquellos gobernaban. Los nombres de los grandes faraones: Keops, Kefrén y Mikerinos van unidos al de las grandes pirámides que construyeron.

  11. Primer Período Intermedio • Sin embargo a partir de la V dinastía (aproximadamente 2560-2420) se provocó una grave crisis que estalló de forma violenta hacia fines de la VI dinastía (2420-2300), tras el larguísimo reinado de Pepi II, cuando el particularismo de los jefes de los nomos, que en muchos casos habían hecho hereditario el cargo, y de los sacerdotes provocó la ruptura de la unidad. Factores determinantes del proceso de decadencia y hundimiento del Imperio Antiguo fueron la propia expansión territorial y el crecimiento económico, elementos que propiciaron la progresiva aparición de una oligarquía de altos funcionarios centrales pero también locales, cuya fuerza terminó por convertirse en una amenaza para los soberanos. Comenzó así el llamado primer período intermedio (2300-2065), históricamente muy oscuro, que cabe interpretar como una verdadera revolución. • La VII Dinastía marcó el inicio del primer periodo intermedio de la historia del antiguo Egipto. Sometido a incursiones bélicas procedentes del exterior, la unidad territorial se desgajó, la autoridad se atomizó, apareció el hambre y las rebeliones se multiplicaron

  12. Reino o Imperio Medio • Con los últimos faraones tebanos, de la XI dinastía (2065-2000) se rehizo la unidad egipcia y se inició el llamado Imperio Medio (2065-1580), uno de los períodos más prósperos de la historia egipcia. Los faraones Mentuhotep II y III, de la dinastía XI (que trasladaron la capital a Tebas), y, sobre todo, Amenemhet II y Senuret III, de la dinastía XII (2000-1785), que volvieron a trasladar la capital al norte, realizaron extensos programas de reformas y de obras públicas en el interior (especialmente notable es el saneamiento de El Faiyum), así como audaces planes de expansión en el exterior, que llevaron a la conquista de Nubia y al sometimiento de vastos territorios de Siria.

  13. Segundo Período Intermedio • Pero, una vez más, después de un período de esplendor, Egipto comenzó, con las dinastías XIII Y XIV (1785-1680), un lento declinar, hasta que cayó, alrededor del 1730, ante la invasión de un pueblo extranjero, los Hicsos, venidos de Asia, que dominaron el país durante más de un siglo.

  14. Imperio Nuevo • La insurrección contra los invasores extranjeros partió, una vez más, de Tebas con Kames y Ahmés, fundadores de la dinastía XVIII (1580-1320) y del Imperio Nuevo (1530-1200). Fue éste el último gran período de la historia del Egipto faraónico que se transformó en una gran potencia militar, quizá la más potente de aquella época. Nubia, que durante el segundo período intermedio (1785-1580) se había liberado del dominio egipcio, fue reconquistada; además, Siria, Palestina y Mesopotamia conocieron la potencia de las armas egipcias. A la muerte de Tutmosis III (1442), el imperio faraónico se extendía desde Nubia –a partir de la cuarta catarata del Nilo- hasta el Éufrates. Algunos años más tarde, una crisis religiosa paralizó por breve tiempo la próspera trayectoria de Egipto.

  15. Su iniciador, el faraón Amenofis IV (Amenhotep) (1370-1352), conocido por el “rey herético”, intentó establecer el culto del dios Atón (el disco solar) en perjuicio del de Amón; para ello fundó una nueva capital (Tell al Amarna), e incluso cambió su propio nombre por el de Akenatón (complace a Atón). La reforma de Amenofis IV (que estuvo acompañado en su devoción a Atón por su esposa, Nefertiti) pretendía, entre otras cosas, limitar el extraordinario poderío del clero tebano de Amón.

  16. Akenatón Akenatón y Nefertiti

  17. Pero la reforma religiosa terminó con la muerte de Akenatón,  y el joven Tutankamón volvió a trasladar la capital a Tebas, restableciendo el culto de Amón.

  18. La tumba de Tut Anj Amón (Egipto) Esta imagen ilustra el hallazgo de la tumba del faraón Tut Anj Amón, realizado por el arqueólogo británico Howard Carter y su mecenas, el conde de Carnarvon. Carter había buscado la tumba en el Valle de los Reyes durante unos diez años y el 4 de noviembre de 1922 encontró las primeros vestigios bajo los escombros de la tumba de Ramsés VI; tres días después halló la entrada de la tumba, que se muestra aquí. Cuando fue abierta, se descubrió que, a diferencia de otras tumbas reales, no había sido asaltada por saqueadores. De hecho, la tumba, que consta de cuatro salas, contenía más de 5.000 objetos, entre los que había piezas talladas con gran belleza y bañadas en oro. La más famosa es la máscara mortuoria de oro de Tut Anj Amón; también se encontraron cofres, tronos, camas, lienzos, joyas, vestidos, armas, abanicos, estatuas, alimentos, tinajas de vino, juguetes, juegos y reproducciones de los sirvientes del joven faraón, que debían acompañarle en la otra vida. Estas reliquias pueden contemplarse actualmente en el Museo Egipcio de El Cairo.

  19. Algunos decenios más tarde, otro pueblo asiático, el hitita, amenazó al imperio egipcio en Asia, pero la invasión fue detenida. • Egipto conoció luego un largo periodo de prosperidad con, Ramsés II (c. 1298-1235 a.C.), cuyo reinado supuso una de las cúspides del antiguo Egipto. Durante los primeros años en que estuvo al frente del reino, Ramsés II luchó para recuperar las tierras de África y del oeste de Asia Menor que Egipto había poseído durante los siglos XVI y XV a.C.

  20. Estas aspiraciones le hicieron enfrentarse a los hititas, contra los que mantuvo una larga guerra, cuyo principal combate fue la batalla de Qades (c. 1296 a.C.), librada en Siria y que Ramsés II consideró como un gran triunfo de las tropas egipcias sobre las del soberano hitita. Sin embargo, todo parece indicar que el resultado de aquella contienda no fue determinante, pues solo el tratado firmado en torno al año 1283 a.C. fijó las fronteras de las tierras sirias en disputa, al tiempo que disponía el matrimonio entre Ramsés II y la hija del nuevo monarca hitita. La segunda parte del reinado de Ramsés II estuvo caracterizada por la construcción de impresionantes monumentos

  21. Pese a solventarse el peligro hitita, Egipto no tardó en tener que defender su integridad territorial frente a nuevos invasores: los denominados por la historiografía pueblos del mar, provenientes de las costas de Asia Menor y de Grecia, de donde llegaban desplazados, a su vez, por otras invasiones de pueblos indoeuropeos y por la irrupción de los dorios en el mar Egeo. Meneptah, hijo de Ramsés II, rechazó a los pueblos del mar, como también lo haría Ramsés III (c. 1198-1176 a.C.), soberano perteneciente ya a la XX Dinastía, quien derrotó igualmente a los libios. El final del reinado de Ramsés III marcó el inicio de la decadencia del Imperio Nuevo; Egipto se vio a partir de entonces afectado por revueltas internas (propiciadas por el creciente poder de los sacerdotes de Amón y del ejército) y por el acoso exterior de Asiria y de los libios.

  22. Ramsés II El gran templo de Amón, que se localiza en Karnak, posee unas colosales estatuas hieráticas de Ramsés II, una de las cuales aparece en la imagen. Su reinado constituyó un gran hito en la historia del antiguo Egipto.

  23. Templo de Abu Simbel

  24. Tercer Período Intermedio • Pero Egipto salió desgastado de la lucha, iniciándose a partir de entonces una larga e inevitable decadencia. • En el interior, recobró su fuerza al antiguo particularismo feudal; las milicias mercenarias nubias y libias no aceptaron el poder central, llegando a fundar dinastías propias, y la autoridad religiosa adoptó una posición de antagonismo respecto al poder político. En el exterior, las provincias del imperio tienden a disgregarse; los intentos de restablecer la antigua autoridad no tuvieron continuadores.

  25. Período Tardío, Helénico y Romano • Después de un largo período de anarquía (dinastías XXIII-XXV), dominado por las luchas entre los soberanos libios y los etíopes, que se disputan el dominio del país, se produjo la invasión extranjera: primeramente fue la de los asirios, en 671 y 664 a. C. Siguió, con la dinastía XXVI (663-525), un período –llamado saíta, por la capital, Sais- de relativa brillantez, pero en el 525 otra conquista, la de los persas, al mando de Cambises, redujo Egipto al rango de provincia. • Al dominio persa pone fin la conquista de Alejandro Magno (333 a.C.), acogido por los egipcios como un liberador. Aunque a su muerte Egipto se reconstituyó en monarquía independiente bajo el cetro de Tolomeo Lagos –fundador de la nueva dinastía tolomeica o lágida, que reinó durante tres siglos en el país- ya estaba abierto a la influencia griega. La monarquía de los lágidas, a veces potente y brillante, fue una monarquía independiente, pero no nacional. • En el siguiente período, cuando Macedonia sucumbe ante el poderío romano, Egipto pasó a ser una provincia romana, situación que se prolongaría durante casi siete siglos.

  26. Sociedad • Los tiempos de estabilidad y prosperidad del antiguo Egipto se debieron, en gran parte, a la existencia de un gobierno central fuerte y al sentido unificado de objetivos creado por la creencia religiosa. Ambos factores fueron proporcionados por el poder de su soberano, el faraón, el cual, como dios viviente, era el sumo sacerdote de cada culto y embajador ante los dioses, la autoridad suprema, la fuente última de justicia, el responsable de la legislación y el auténtico poseedor del poder en el reino. No obstante, también permitió cierta autonomía; el país fue dividido en nomos o distritos, cada uno de los cuales tenía su administración (con su gobernador, el nomarca, al frente) y dioses propios.

  27. El faraón estuvo auxiliado en las tareas de gobierno por una importante burocracia de consejeros y funcionarios. La existencia de numerosos escribas resultaba fundamental para la administración de la tierra, así como para el registro y gestión de los asuntos legislativos y judiciales, militares y religiosos. Dos cargos clave fueron el visir y el portador del sello. El visir supervisaba la administración de los nomos y las actividades del conjunto de funcionarios, y suponía una importante instancia judicial. Por su parte, el portador del sello actuaba como tesorero responsable de todos los bienes que entraban en los almacenes y depósitos regios. • Escriba

  28. La esclavitud no fue habitual en Egipto hasta el periodo del Imperio Nuevo, cuando las grandes conquistas exteriores permitieron tomar como esclavos a los habitantes de los territorios sojuzgados. La mayor parte de la población estaba formada por campesinos, parte de los cuales trabajaba para los grandes propietarios de la tierra o para el propio faraón. Otro importante sector social lo constituían los artesanos, que producían ladrillos, esteras, cestas, instrumentos y utensilios de uso cotidiano. Otros dos elementos importantes de la sociedad fueron los comerciantes y los propietarios de las embarcaciones que efectuaban el transporte por las aguas del Nilo.

  29. Pirámide Social

  30. Cultura • Arte: Los egipcios que no se dedicaban a la agricultura se empleaban en el sector artesanal. En muchos casos, los oficios se heredaban de padres a hijos, aunque también había jóvenes que iniciaban su vida profesional como aprendices en negocios ajenos a la familia. La cerámica y el vidrio se produjeron regularmente, y alcanzaron su momento de mayor esplendor a partir del Imperio Nuevo. Trabajos de gran antigüedad fueron los del hilado y el tejido. Por lo que se refiere a la metalistería, el cobre fue el material más trabajado, ya que el bronce se introdujo de forma tardía; el oro era muy caro, pero al encontrarse en Egipto, hizo que la plata, más rara, tuviera que ser importada y terminara por ser más apreciada y valiosa. Los artesanos especializados estuvieron vinculados especialmente a la joyería (en la que empleaban piedras y metales preciosos, vidrio, esmaltes), la pintura, la escultura y el diseño y construcción de los grandes monumentos construidos para gloria de faraones y deidades. Por ello, estos artesanos trabajaron en condiciones favorables y disfrutaron de un estatus elevado, gozando de un considerable patrocinio regio. La navegación fue otra profesión de gran importancia. Esto se explica por el hecho de que el Nilo proporcionara el único medio práctico para transportar mercancías a lo largo del país.

  31. Educación: La formación de los egipcios dependía de la clase social a la que pertenecieran. Los niños de las familias de sectores sociales inferiores aprendían de sus padres el oficio de estos. Igualmente adquirirían las destrezas de sus padres o de otros varones con los que tuvieran relación en las diferentes profesiones artesanales. Por su parte, las muchachas aprenderían de sus madres las labores que estas realizaban en los hogares, principalmente las relativas a la confección de tejidos y la elaboración de pan y cerveza. La lecto-escritura estuvo reservada a los niños pertenecientes a familias ricas, futuros integrantes de la burocracia estatal ligada a la administración pública. Esta enseñanza estaba a cargo de los escribas, una profesión que se heredaría de padres a hijos.

  32. Ciencia: Los miembros de esta élite social debieron también añadir a su bagaje cultural conocimientos matemáticos en los campos del álgebra y la geometría. Otras ciencias motivo de estudio fueron la astronomía y la medicina, aunque siempre vinculadas al marco de las creencias religiosas. Aunque, como se ha dicho, profundizaron en sus estudios en matemáticas y astronomía, e incluso practicaron la alquimia, probablemente la medicina fue la rama más importante de la ciencia para los egipcios.

  33. La religión es un factor fundamental de la cultura egipcia y es muy difícil de comprender. Se trata de una religión politeísta, pero con tendencia al monoteísmo ya que cada nomos (o pequeña región) tenía un dios al que rendía culto principalmente y luego rendía culto a los demás de manera secundaria. Estas divinidades se representan como figuras humanas con algunos símbolos. Unas veces tienen cabeza de animal y otras veces sólo se representan con la forma animal. Embalsamiento de Osiris Religión

  34. Horus, adorado en el antiguo Egipto, era el dios del cielo, la luz y la bondad. Se representaba como un halcón, a veces con cuerpo de hombre y solía asociarse con los faraones. Existieron, en las creencias egipcias, tipos de dioses: Dioses locales: los de cada nomos. Dioses cósmicos: mucho más amplios, para todos los normos. Muchos semidioses, que se van multiplicando. También hay animales sagrados (que no divinos), a los que se trata con mucho respeto y se momifican al morir.

  35. Amón-Ra, padre de los dioses • Amón-Ra, la divinidad en la que se mezclan las características de Amón, venerado en Tebas, y Ra, dios del Sol. Es representado con una cabeza de halcón coronada por un disco solar.

  36. Todas estas divinidades, que son muy pocas en relación con todas las que había, se mantienen sin prácticamente variar hasta la época grecorromana en que empiezan a desaparecer o se empiezan a fundir con dioses griegos o romanos (los dioses siguen siendo los mismos pero desaparecen las representaciones o se convierten en figuras humanas o de animales simplemente. • Estos dioses vienen complementados con la creencia en la vida de ultratumba, que explica el culto de los muertos, que se da en toda la sociedad. Esta costumbre data de época prehistórica y afirma que después de la muerte el hombre permanece. • Todo lo anterior nos lleva a la momificación. El desierto puede asegurar al hombre la momificación porque seca el cuerpo evitando su descomposición, pero según avanza el tiempo los cuerpos se empiezan a momificar para conseguir una mejor conservación y esta momificación lleva a una serie de ritos muy complejos.

  37. La momificación se convierte en todo un arte que se realiza en las "casas de la muerte" a las que llevan los muertos. Se necesitan una serie de ungüentos que a veces se encontraban en Egipto, pero otras veces no, por lo que eran muy costosos. Las técnicas se van perfeccionando según se va desarrollando el comercio y están plenamente conseguidas en el Imperio Medio y Nuevo.

  38. Heródoto (el famoso historiador griego) lo vivió en su viaje a Egipto y lo describe perfectamente. Se trata de deshidratar totalmente el cuerpo, para lo que se le pone a macerar durante 70 días en natón, y una vez deshidratado se extraen todas las vísceras menos el corazón y el riñón. El cuerpo se lava y se purifica con resinas y perfumes. Se impregna en aceites aromáticos que ayudan a conservar el cuerpo. Después, se procede al fajado del cuerpo con una serie de vendas y se le coloca en un sarcófago que tiene forma humana hecho con telas superpuestas y endurecidas, y de este sarcófago se mete a su vez a uno más grande, de madera, metal o piedra. Tanto en el fajado como en el primer sarcófago se colocarán muchas inscripciones con un gran carácter simbólico y espiritual.

  39. Evidentemente esto dependía mucho de distintos factores (principalmente del económico) y podía ser de muy distintas formas. Sin embargo hay una serie de ritos, como el macerado del cuerpo durante 70 días en natón, que no varían. • Otro rito funerario muy importante en el Antiguo Egipto era el traslado por el Nilo del cadáver a la ciudad de los muertos. Este traslado conlleva una serie de ritos, entre los que se encuentra una procesión en la que aparecen los familiares del muerto, sacerdotes, etc. que se representa en muchas ocasiones.

  40. Otro rito muy importante que también es muy representado es el de la apertura de la boca, que se realiza cuando ya se ha llegado a la ciudad de los muertos y que consiste en devolver al muerto los sentidos que ha tenido en vida (gusto, olfato, vista, tacto y oído). Esto se hace mediante una ceremonia en la que un sacerdote con una careta de Anubis se dirige con distintos instrumentos a los ojos, la boca, etc de la momia. Después de esto, se entierra al difunto, se celebra el banquete y luego tiene lugar el juicio de los muertos. En este juicio se pesan las obras de un hombre para saber si es digno de ir al reino de Anubis. El muerto tiene que declarar, siempre con un sentido negativo (no maté, no robé…), y su declaración será puesta por escrito, así como el resultado del peso del alma, por el Dios de la sabiduría, Thot. El que fiscaliza todo es Anubis.

  41. Este juicio tiene una importancia muy grande ya que es algo inédito en las culturas de la Antigüedad y no volverá a darse nada parecido hasta el cristianismo. El juicio de los muertos se representa siempre de la misma manera: está presidido por Osiris, que está sentado bajo un baldaquino y está asistido por Isis y Neftis. Los tres dioses están rodeados por 42 asesores, los dioses de los distintos nomos. En uno de los lados aparece el difunto conducido de la mano por Anubis, "el conductor de almas". Llegan al centro de la escena donde hay una balanza; en un platillo se encuentra el corazón del difunto y en el otro una pluma (símbolo de la diosa Maat). Si los platillos quedan en equilibrio, el difunto es exculpado y avanza hacia Osiris acompañado por Horus, alcanzando la inmortalidad. Si los platillos no quedan en equilibrio el difunto debe ir hacia el dovrante o la devoradora (mezcla de cocodrilo e hipopótamo).

  42. Todos estos ritos funerarios están recogidos en "El Libro de los muertos", que es el principal representante de la literatura funeraria, muy importante y extensa en Egipto. Pero sin duda el Libro de los muertos es el más importante. De él se hicieron numerosas copias, algunas de las cuales se han conservado hasta nuestros días. • Se trata de un compendio de textos y fórmulas mágicas mediante las cuales los muertos pueden pasar sin dificultades el camino hasta el más allá. En él estaban descritos todos los ritos que debían hacerse cuando moría una persona. Muchas de las partes se conocían ya en el Imperio Antiguo, pero no estuvo totalmente configurado hasta el Imperio Nuevo. • Uno de los capítulos más importantes es aquél en el que se recogen los pecados que debe evitar el hombre para que la balanza no se desequilibre en el juicio de los muertos. Muchos fragmentos del libro eran escritos en las vendas con las que se envolvían los cadáveres y en los sarcófagos para que el muerto tuviera más facilidades en su camino al más allá.

  43. El Libro de los muertos • El Libro de los muertos (c. 1310 a.C.) era un texto egipcio con oraciones, sortilegios e himnos que utilizaban los muertos para guiar y proteger el alma en el peligroso viaje hacia la otra vida. Esta sección de dicho libro muestra el juicio final de un difunto, el escriba real Hu-Nefer, ante Osiris, dios de los muertos. Jeroglíficos e ilustraciones reflejan el ritual en que se pesaba el corazón del difunto antes de lograr la vida eterna. Bridgeman Art Library, London/New York

  44. Pirámides, templos y tumbas • La construcción de los grandes monumentos tenía lugar, habitualmente, en la época de la crecida del Nilo, cuando resultaba imposible dedicarse a las tareas agrícolas. Parece que, al contrario de lo que se pensó durante mucho tiempo, estos trabajos no fueron realizados por cuadrillas de esclavos sometidos a un ambiente opresivo. Existen pocas evidencias de trabajos forzados, y la ausencia de soldados en los relieves que describen la edificación de estos monumentos sugiere que esta no se desarrolló en unas condiciones excesivamente ásperas, si bien es cierto que exigía un elevado esfuerzo físico. Además, los trabajadores no solo participaban en estas empresas por disposición expresa de los faraones; la creencia en la vida después de la muerte era común entre los egipcios, por lo que la construcción de grandes tumbas para sus soberanos, dioses vivientes, pudo ser un aliciente de gran importancia en las estructuras mentales de la población.

  45. Enormes cantidades de piedra debían ser extraídas de las canteras (a veces próximas, pero en ocasiones situadas a centenares de kilómetros de las obras) y arrastradas por grupos de hombres hasta el Nilo, donde los bloques eran cargados en embarcaciones. Estos trabajos comunales efectuados durante la crecida tienen que vincularse también con las necesidades de los egipcios para hacer frente a las cargas fiscales; si aproximadamente el 90% de la población estaba unido a la agricultura, ese mismo porcentaje trabajaría en los grandes proyectos arquitectónicos durante la crecida.

  46. Economía • La economía del antiguo Egipto se basaba en el trueque. Hasta el Imperio Nuevo, el comercio exterior no superó el ámbito de la pequeña escala. Egipto exportaba grano, lino y papiro; e importaba madera de Líbano, cobre de Chipre, incienso del este, piedras preciosas de lugares tan lejanos como el actual Afganistán y animales exóticos, como monos, del sur. • En el mes de septiembre, cuando el nivel del agua comenzaba a bajar como consecuencia del retroceso de la crecida, se iniciaba el ciclo agrícola anual. Los canales de irrigación tenían que ser reparados. Una vez completadas estas actividades, podía iniciarse la siembra del trigo, la cebada y el lino, principales productos de la agricultura egipcia. La cosecha comenzaba en abril. Finalmente, el grano era transportado a graneros, donde era almacenado para su consumo posterior (básicamente, sería usado para elaborar pan), aunque una pequeña parte se conservaba para servir como semilla en la siguiente siembra. Dada la fertilidad del terreno, era posible realizar una segunda cosecha, por lo general de verduras o legumbres.

  47. Comercio • Antigua navegación sobre el Nilo • Al desarrollarse con el Nilo como eje vertebrador, la navegación por este río tuvo una importancia vital para el desarrollo de la civilización egipcia. Por esta vía fluvial, sobre barcos de papiro, se trasladaban alimentos, todo tipo de productos comerciales y bloques de piedras para la construcción de monumentos. Además, en las procesiones funerarias, el Nilo también era utilizado para conducir a las momias hasta su última morada. Erich Lessing/Art Resource, NY

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