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¡ Marana tha ! . ¡ Señor Jesús, ven !. Hágase la luz . Y fue la luz la voz primera. Poblaban las sombras el único espacio de la nada, y, de repente, las cosas, por todos los rincones, brotaron como un grito . Mil seres de gozo inundaron de sorpresa
E N D
¡ Marana tha ! ¡ Señor Jesús, ven !
Hágase la luz ... Y fue la luz la voz primera.
Poblaban las sombras el único espacio de la nada, y, de repente, las cosas, por todos los rincones, brotaron como un grito. Mil seres de gozo inundaron de sorpresa las estrellas, recién amanecidas: imponente despertar del primer día, umbral de mil siglos y mil vidas.
Nos lo cuentan los peces y los árboles, con su memoria de raíces y de escamas. Lo recuerdan los trinos de los pájaros, con su canto de vientos y de nieblas.
Oíd, pues, vosotros, los hijos de la Tierra, el clamor del primer grano vertido en el surco primero de la Historia:
Y la Palabra era la Luz … La Palabra, que dibujó la vida en la infinita línea del tiempo; que llamó a los seres por su nombre, y los convocó al encuentro...
Los silencios y el desgarro vendrán luego, cuando la voz se apague y surja el odio, y se pudran los nombres de las cosas en gargantas de olvido gangrenadas …
¡ Marana tha ! … se escucha de labios de los pobres.
¡ Ven, Señor Jesús ! … y revive con tu hálito la esperanza de todos los humildes.
¡ Señor Jesús, ven ! … y haz del hambre de los hombres la palabra nueva que nos grite nuestra nueva Navidad.
¡ Feliz Navidad, amigos ! Música: ¡Oh, fortuna! de Carmina Burana Autor: Carl Orff Texto y montaje: P. Lorenzo Pascua Sacerdote dominico