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La preparación y cosecha del buen terreno I

La preparación y cosecha del buen terreno I. 1. ¿Qué determina la fertilidad del terreno? Deuteronomio 30:17. Pero si tu corazón se aparta y no obedeces, te dejas extraviar, te inclinas a dioses ajenos y los sirves,.

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La preparación y cosecha del buen terreno I

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Presentation Transcript


  1. La preparación y cosecha del buen terreno I

  2. 1. ¿Qué determina la fertilidad del terreno? Deuteronomio 30:17 Pero si tu corazón se aparta y no obedeces, te dejas extraviar, te inclinas a dioses ajenos y los sirves, Disponibilidad de tornar nuestros corazones a cosas espirituales para que podamos así escuchar

  3. A través de la parábola del sembrador, Cristo presenta el hecho de que los diferentes resultados dependen del terreno. En todos los casos, el sembrador y la semilla son los mismos. Así él enseña que si la palabra de Dios deja de cumplir su obra en nuestro corazón y en nuestra vida, la razón estriba en nosotros mismos. Pero el resultado no se halla fuera de nuestro dominio. En verdad, nosotros no podemos cambiarnos a nosotros mismos; pero tenemos la facultad de elegir y de determinar qué llegaremos a ser.

  4. Los oyentes representados por la vera del camino, el terreno pedregoso y el de espinas, no necesitan permanecer en esa condición. El Espíritu de Dios está siempre tratando de romper el hechizo de la infatuación que mantiene a los hombres absortos en las cosas mundanas, y de despertar el deseo de poseer el tesoro imperecedero. Es resistiendo al Espíritu como los hombres llegan a desatender y descuidar la palabra de Dios. Ellos mismos son responsables de la dureza de corazón que impide que la buena simiente eche raíces, y de los malos crecimientos que detienen su desarrollo.

  5. 2. Si nos sometemos. ¿Qué obra puede realizar Cristo en nuestros corazones? Jeremías 4:3 »Porque así dice Jehová a todo hombre de Judá y de Jerusalén: »Arad campo para vosotros y no sembréis entre espinos. Arad campo para vosotros

  6. Debe cultivarse el jardín del corazón. Debe abrirse el terreno por medio de un profundo arrepentimiento del pecado. Deben desarraigarse las satánicas plantas venenosas. Una vez que el terreno ha estado cubierto por las espinas, sólo se lo puede utilizar después de un trabajo diligente. Así también, sólo se pueden vencer las malas tendencias del corazón humano por medio de esfuerzos fervientes en el nombre de Jesús y con su poder. El Señor nos ordena por medio de su profeta: "Haced barbecho para vosotros, y no sembréis sobre espinas". "Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia".* Dios desea hacer en favor nuestro esta obra, y nos pide que cooperemos con él.

  7. 3. Siendo sembradores por Cristo. ¿Cómo podemos ser mas efectivos en alcanzar corazones endurecidos? Isaías 58:10 si das tu pan al hambriento y sacias al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz y tu oscuridad será como el mediodía“. si das tu pan al hambriento y sacias al alma afligida

  8. Los sembradores de la semilla tienen una obra que hacer en cuanto a preparar los corazones para que reciban el Evangelio. Se presenta la palabra con demasiado sermoneo y con muy poca obra de corazón a corazón. Se necesita un trabajo personal en favor de las almas de los perdidos. Debemos acercarnos a los hombres individualmente; y con la simpatía de Cristo hemos de tratar de despertar su interés en los grandes asuntos de la vida eterna.

  9. Quizá su corazón parezca tan duro como el camino transitado, y tal vez sea aparentemente un esfuerzo inútil presentarles al Salvador; pero aun cuando la lógica pueda no conmover, y los argumentos puedan resultar inútiles para convencer, el amor de Cristo, revelado en el ministerio personal, puede ablandar un corazón pétreo, de manera que la semilla de la verdad pueda arraigarse.

  10. 4 . ¿Qué principio básico de la vida cristiana debemos enseñar como sembradores al compartir el evangelio? Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí

  11. De modo que los sembradores tienen algo que hacer para que la semilla no sea ahogada por las espinas o perezca debido a la poca profundidad del terreno. En el mismo comienzo de la vida cristiana deben enseñarse a cada creyente los principios fundamentales. Debe enseñársele que no ha de ser meramente salvado por el sacrificio de Cristo, sino que ha de hacer que la vida de Cristo sea su vida, y el carácter de Cristo su carácter. Enséñese a todos que han de llevar cargas y deben sacrificar sus inclinaciones naturales.

  12. Aprendan la bendición de trabajar para Cristo, imitándolo en la abnegación, y soportando penurias como buenos soldados. Aprendan a confiar en el amor de Cristo y a descargar en él sus congojas. Prueben el gozo de ganar almas para él. En su amor e interés por los perdidos, perderán de vista el yo; los placeres del mundo perderán su poder de atracción y sus cargas no los descorazonarán. La reja del arado de la verdad hará su obra. Romperá el terreno inculto, y no solamente cortará los tallos de las espinas, sino que las arrancará de raíz.

  13. 5. ¿Qué darán las semillas sembradas en buen terreno? Marcos 4:8 Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó, creció y produjo a treinta, a sesenta y a ciento por uno. Fruto que brotó y creció

  14. No siempre ha de chasquearse el sembrador. El Salvador dice de la semilla que cayó en buen terreno: "Este es el que oye y entiende la palabra, y el que lleva fruto: y lleva uno a ciento, y otro a sesenta, y otro a treinta". "La que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y llevan fruto en paciencia".

  15. 6. ¿A quien vino Cristo a llamar al arrepentimiento ? Marcos 2:17 Al oír esto Jesús, les dijo: --Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

  16. El "corazón bueno y recto" mencionado en la parábola, no es un corazón sin pecado; pues se predica el Evangelio a los perdidos. Cristo dijo: "No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".* Tiene corazón recto el que se rinde a la convicción del Espíritu Santo. Confiesa su pecado, y siente su necesidad de la misericordia y el amor de Dios. Tiene el deseo sincero de conocer la verdad para obedecerla. El "corazón bueno" es el que cree y tiene fe en la palabra de Dios. Sin fe es imposible recibir la palabra. "El que a Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan".

  17. 7. ¿Qué esfuerzo debe hacer el dueño del terreno antes que la semilla del evangelio pueda madurar? Mateo 13:23 Pero el que fue sembrado en buena tierra es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta y a treinta por uno. Escuchar Su voz y no endurecer nuestro corazón.

  18. "Este es el que oye, y entiende la palabra". Los fariseos de los días de Cristo cerraron los ojos para no ver y los oídos para no oír, y en esa forma, la verdad no les pudo llegar al corazón. Habían de sufrir el castigo por su ignorancia voluntaria y la ceguera que se imponían a sí mismos. Pero Cristo enseñó a sus discípulos que ellos habían de abrir su mente a la instrucción y habían de estar listos para creer. Pronunció una bendición sobre ellos porque vieron y oyeron con ojos y oídos creyentes.

  19. 8. ¿De qué manera debe recibirse la semilla? 1 Tesalonicenses 2:13 Por lo cual también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, porque cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. no como palabra de hombres, sino según es en verdad

  20. El oyente que se asemeja al buen terreno, recibe la palabra, "no como palabra de hombres, sino según lo es verdaderamente, la palabra de Dios“. Sólo es un verdadero estudiante el que recibe las Escrituras como la voz de Dios que le habla. Tiembla ante la Palabra; porque para él es una viviente realidad. Abre su entendimiento y corazón para recibirla. Oyentes tales eran Cornelio y sus amigos, que dijeron al apóstol Pedro: "Ahora pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado".*

  21. Semillas de Sabiduría

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