250 likes | 494 Views
Lectio Divina. Solemnidad de Cristo Rey Parroquia Santa María Magdalena Yacuanquer. A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio. Palabras de Koinonía. Contemplación . Oración. Meditación. Lectura. Preparación.
E N D
Lectio Divina Solemnidad de Cristo Rey Parroquia Santa María Magdalena Yacuanquer A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio
Contemplación Oración Meditación Lectura Preparación A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio
La Palabra debe ser esperada y escuchada Con buena disposición interior Oración al Espíritu Santo Con Corazón limpio y humildad
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO(San Agustín)Espíritu Santo, inspíranos, para que pensemos santamente.Espíritu Santo, incítanos, para que obremos santamente.Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas santas.Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas.Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas. A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio
Leer bien y sin prisa Hay que leer dos o tres veces Aprende a conocer el Corazón de Dios en sus Palabras Leer bien, es escuchar bien
Lectura del Santo Evangelio según Mateo 25, 31-46 «Y cuando viniere el Hijo del hombre en su majestad, y todos los ángeles con él, se sentará entonces sobre el trono de su majestad. Y serán todas las gentes congregadas ante él, y apartará los unos de los otros, como el pastor aparta las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a la izquierda. Entonces dirá el rey a los que estarán a su derecha: 'Venid, benditos de mi Padre, poseed el reino que os está preparado desde el establecimiento del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era huésped, y me hospedasteis; Desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estaba en la cárcel, y me vinisteis a ver'. Entonces le responderán los justos, y dirán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? Y ¿cuándo te vimos huésped, y te hospedamos; o desnudo, y te vestimos? O ¿cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y te fuimos a ver?' Y respondiendo el rey, les dirá: 'En verdad os digo, que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis'. Entonces dirá también a los que estarán a la izquierda: 'Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, que está aparejado para el diablo y para sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; Era huésped, y no me hospedasteis; desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis'. Entonces ellos también le responderán, diciendo: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o huésped, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?' Entonces les responderá, diciendo: 'En verdad os digo: Que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos pequeñitos, ni a mí lo hicisteis'. E irán estos al suplicio eterno, y los justos a la vida eterna"». A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio Palabra del Señor
Composición general del Evangelio de San Mateo • 1,1- 4,16: Presentación de Jesús. • 4,17-16,20: Misión de Jesús. • 16,21-28,20: Pasión, muerte y resurrección de Jesús.
El año litúrgico se cierra con la solemnidad de Cristo Rey. Antes de entrar en la experiencia de la Palabra de Dios que nos ilumina bellamente el sentido de esta solemnidad, quisiera que logremos quitar de nuestra mente ciertas imágenes que le hacen daño a la verdadera construcción del Reinado de Dios en medio de nosotros.
Primero: El Reino de Dios y su experiencia de reinar, no se parece a ningún sistema político existente y menos de antaño, porque su reinado no es político, ni social, es mucho más que esas dos experiencias; para comprender esta parte es bueno que leamos el prefacio preparado para esta solemnidad: «Tu Reino es Vida, tu Reino es Verdad, tu Reino es Justicia... es Paz... es Gracia... es amor, ¡venga a nosotros tu Reino, Señor».
Segundo: La imagen de un Jesús con corona y traje de fiesta monárquica pertenece al pasado y no representa la verdadera dimensión del Maestro. Él fue un servidor del Reino de los Cielos, por eso Él lo predicó, lo edifico con acciones concretas (Palabras – milagros), por lo tanto, el Reinado de Cristo es más servicio, es más entrega, es más capacidad de amor; miremos con atención la razón sobre la cual girará el juicio final: Porque tuve hambre, y me disteis de comer…
Tercero: Cuál sería la misión de los discípulos y misioneros del Reino en pleno siglo XXI? Es uno solo: seguir las huellas del Maestro, que nos enseñó que el final de nuestros días, ese tan misterioso y a veces temido juicio universal solo se realizará en la calidad de amor que hemos tenido los unos por los otros. San Juan de la Cruz nos dice: «en la tarde de la vida seremos examinados sobre el amor».
Después de estos elementos iluminadores de la fiesta, miremos el pasaje del Evangelio que se encuentra en la llamada sección escatológica de Mateo, todo gira en torno al juicio final cuando el Hijo del hombre, (Término que aparece en el Nuevo Testamento solo en labios de Jesús), venga con toda su gloria y llame a todos los seres humano a un juicio.
La mentalidad hebrea y de los pueblos orientales nos presentan siempre el día final en un ambiente de juicio, donde el juez de todo lo creado tomará cuentas sobre los actos que los seres humanos hayamos realizado en favor de un orden humano más justo y equitativo. Lo interesante del Evangelio de Mateo está en que ese juicio quiere rescatar a los más sencillos, a los hermanos del juez.
Jesús interviene como juez y como rey de un nuevo orden social donde los marginados, los que nunca han contado en las decisiones de los poderosos del mundo serán puestos como la única razón de los actos de los seres humanos.
Las situaciones de hambruna, de desnudez, de enfermedad, de injusticia serán revisadas ya no como situaciones de un orden establecido sino como consecuencia de nuestros actos que en muchas ocasiones por indiferencia o tolerancia con ellas las hemos dejado que prevalezcan y marginen a muchos de la posibilidad de un vivir en el Reino de Dios.
Esta última semana es una oportunidad para que revisemos en nuestro orden familiar y social si estamos ayudando a la implantación del Reinado de Dios o por el contrario nuestras actitudes lo único que arrojan es miseria y desprecio por nuestros hermanos los marginados.
DESCUBRIR LOS “AFECTOS” QUE LA PALABRA VA GENERANDO EN MI CORAZÓN: Alegría, compromiso, interrogantes, nuevas posibilidades Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene, ahora, que ser leído con el corazón
Meditemos la Palabra con el Papa «Os exhorto a vosotras, queridas familias, a no tener miedo de vivir un amor exigente que revista, como escribe el apóstol Pablo, las características de la paciencia, la benignidad y la esperanza (1 Cor 13, 4. 7). A vosotros, queridos jóvenes, quisiera repetiros que la Iglesia os necesita, y desearía añadir: vosotros tenéis necesidad de la Iglesia, porque la Iglesia desea solamente ayudaros a encontrar a Jesús, que hace libre al hombre para amar y servir. La Iglesia os necesita para que, después de haber experimentado la verdadera libertad, que sólo Cristo puede ofreceros seáis capaces de testimoniar el Evangelio en medio de vuestros coetáneos con valentía y gran creatividad, según la sensibilidad y los talentos propios de vuestra juventud.
Amadísimos hermanos y hermanas, la liturgia de hoy nos recuerda que la verdad sobre Cristo Rey constituye el cumplimiento de las profecías de la antigua alianza. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin» (Dn 7, 14). Sabemos bien que todo esto encontró su perfecto cumplimiento en Cristo, en su Pascua de muerte y de resurrección. La solemnidad de Cristo, Rey del universo, nos invita a repetir con fe la invocación del Padre nuestro, que Jesús mismo nos enseñó: «Venga tu reino». ¡Venga tu reino, Señor! «Reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz» (Prefacio). Amén». Juan Pablo II. Homilía en la Solemnidad de Cristo Rey, noviembre del 1997
Da gracias, intercede por los hermanos, por las situaciones que el texto te haya traído a la memoria. Da curso libre a tus capacidades creativas de sensibilidad en la oración. Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene, ahora, que ser hablado con el corazón
Dios, Padre nuestro, que quieres que en nuestra vida nos veamos libres de toda esclavitud y que luchemos para liberar a los oprimidos, haciendo así presente tu Reino entre nosotros, te pedimos que guíes nuestros pasos para que construyamos un mundo en el que todos vivamos como hermanos, como auténticos hijos tuyos, en paz, en justicia y en libertad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Palabras de Koinonía
Ponte en medio de la comunidad y deja que rebose de tu interior la paz y la bendición que has recibido. Actúa con ellos para volver a reencarnar en la historia a Jesucristo, la Palabra hecha carne. Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene, ahora, que ser practicado en la vida
Mi compromiso en esta semana será: • ¿Qué es para mí el Reino de Dios? ¿Está también en el centro de mi vida? ¿Es mi «Causa», como fue la de Jesús? • La llamada “parábola del juicio final” nos cuenta claramente cuál es el criterio con el que se nos va a examinar: “tuve hambre y me diste de comer...” ¿Me doy cuenta de que Dios no nos está pidiendo que hagamos nada «religioso», sino, sencilla y llanamente, que nos preocupemos del prójimo y lo ayudemos en todo lo que podamos? • (Desde el Evangelio de San Mateo 25,31-46) • Estamos en http://koinoniadeamor.blogspot.com/